Situada en la plaza principal de Patraix, la casa Alquería se basa en las diferentes ideas y significados que acompañan la palabra patio.

Patio como extensión de la calle, como mediador entre la ciudad, lo ajeno y el hogar, como originador de viviendas y distribuidor de espacios pero también, de una forma menos tangible espacio de reunión y de soledad, de esimismamiento o de risas, de convergente social cuando es necesario o de cápsula de reflexión cuando así se require.

Situado en el centro de la vivienda y ramificado en diferentes espacios exteriores, este se cuela al interior y diluye la separación entre los espacios dotándolos de ventilación, iluminación y gran flexibilidad.

En planta baja se encuentra el taller de escultura donde trabaja el cliente que se sitúa estratégicamente detrás de la fachada preexistente captando la atención de los vecinos de la plaza e invitándolos a entrar, también se localiza la zona de día donde todos los espacios servidores se desplazan a la línea de la segunda fachada para focalizar los espacios servidos entorno al patio, por último, en un volumen independiente se encuentra la vivienda de alquiler que si bien vuelca al patio central, comparte acceso con la casa principal y sigue un esquema similar a esta cuenta con cierta privacidad y simpleza que animan a vivir una vida tranquila como respira en las calles del barrio.

La primera planta cuenta con un carácter más libre gracias a las cubiertas inclinadas que crean un espacio casi totalmente abierto, cerrando solamente las habitaciones y baños. La biblioteca se convierte entonces en sala principal y cuenta con grandes ventanales y una doble altura que vuelca al salón.

Una casa aparentemente sencilla y con unas líneas muy limpias que alberga una gran vida en su interior para asegurar el bienestar, la feliz convivencia y el enriquecimiento de sus habitantes.